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No pudimos escapar parece un grito para testimoniar la posición de los españoles que, por culpa de una minoría y sin enemistad con los contrarios, se vieron involucrados en un conflicto sangriento, cuyo recuerdo todavía aviva pasiones de odio. No ha sido éste el propósito del libro de Escolar, que luchó en la guerra. No ha querido hacer ni una narración bélica ni menos aún un canto épico cargado de pasión política. Por el contrario, ha tratado de acercarse a los temores e inquietudes de las gentes del frente y de la retaguardia, ha descrito amorosamente su niñez y juventud, y con nostalgia una sociedad totalmente desaparecida que no se asemeja en nada a la de nuestros días. Alguien ha calificado el libro de capítulo muy valioso de la intrahistoria de la España de hace sesenta años, en el que pueden seguirse los sentimientos, las ilusiones y las inquietudes de niños, hombres y mujeres, que aparecen como personas reales, no como estereotipos. Hipólito Escolar Sobrino nació en un pueblo segoviano en 1919 y, durante el bachillerato, fue alumno de Antonio Machado en el Instituto de Segovia. En 1942 se licenció en Historia Medieval por la Universidad de Madrid, en la que fue profesor auxiliar de árabe. Ingresó en el Cuerpo Facultativo y fue bibliotecario en Ávila, Toledo y Almería. Más tarde, secretario de la Dirección General de Archivos y Bibliotecas, asesor de la UNESCO en Brasil, donde redactó el proyecto de la Biblioteca de Brasilia, y terminó su carrera como director de la Biblioteca Nacional, en los años 1975-1985. En 1944, con tres compañeros de la Facultad, fundó la Editorial Gredos con la ingenua e ilusionada esperanza de poner remedio a las muchas carencias culturales que padecía nuestro país, y también para ganarse el pan de cada día, entonces tan escaso.
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Como bien dice el editor en el párrafo anterior, Hipólito Escolar nació en un pueblo segoviano en 1919, lo que no dice es que el pueblo fue el nuestro, Navalmanzano.
Hipólito Escolar era nieto del secretario del pueblo por aquellas fechas, y sus padres vivían allí. Cuando contaba con poca edad se fueron a vivir, primero, a Ciruelos de Coca y, después con 8 años, a Santa María la Real de Nieva.
La verdad es que desconocía la existencia de este libro y de su autor, que falleció hace unos años, y fue entonces cuando tuve noticias de su pasada existencia, de su carrera a lo largo de los años, de sus publicaciones y, cómo no, de éste libro en particular. Tras realizar unas pequeñas pesquisas, no cabía ninguna duda de que había que leer este libro. Y, una vez leído, sólo me queda recomendar su lectura, sobre todo, a la gente de la zona y, por supuesto, de Navalmanzano.
Este libro, autobiográfico, tiene como hilo conductor la guerra civil española, pero es un reflejo de la sociedad española y castellana de la época. Narra, con matices, pasajes y costumbres de nuestro pueblo, como el del mozo cuchillo, entre otros, sin perder de vista la guerra y, como bien dice el editor, "testimoniar la posición de los españoles que, por culpa de una minoría y sin enemistad con los contrarios, se vieron involucrados en un conflicto sangriento".
Por ello, aunque sea difícil de conseguir, a no ser de segunda mano, no se puede dejar pasar la oportunidad de leerlo. |